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Clínica

Transidentidades, transexualidades, transgéneros: Una lectura sintomática de la clínica psicoanalítica

Giros copernicanos y cierres ptolemaicos signan los procesos históricos tanto como nuestra comprensión de los seres humanos y sus malestares. En el vaivén entre movimientos de apertura y de clausura se inscriben y procesan las transformaciones en los imaginarios sociales que demandan al psiquismo nuevas exigencias de trabajo. Exigencias similares se nos imponen en la clínica para operar sobre las condiciones de sufrimiento psíquico: necesidad de deconstruir las formulaciones devenidas en dogma, desafío de remover los prejuicios infiltrados en las concepciones canónicas, ocasión de revisar nuestras intervenciones para superar los obstáculos (epistemológicos, éticos y políticos) que empobrecen el alcance de nuestra praxis.

Para quienes acompañamos a personas trans o intersex en sus análisis, no resulta infrecuente recoger los efectos de prácticas pretendidamente analíticas o psicoterapéuticas que reproducen las significaciones hegemónicas cisnormativas y heterosexistas

Salud Mental y niñez: Un contexto de tensiones, contradicciones y paradojas

A partir de la Ley Nacional de Salud Mental N°26657 y su reglamentación en el año 2013, en consonancia con la Convención Internacional de Derechos del Niño y la Ley de Protección Integral de las Niñas, Niños y Adolescentes N° 26.061, sancionada en 2005, se inició un proceso de adecuación a los estándares en materia de derechos humanos y de salud mental que obligan al Estado a asumir la responsabilidad de la ejecución de políticas públicas relativas al campo de la salud mental. Si bien era esperable que estas impulsaran la modificación y adecuación de las prácticas de atención y cuidados vigentes hacia la conformación de una red de servicios comunitarios con base territorial, diversas investigaciones realizadas en distintas provincias de nuestro país evidencian que las políticas implementadas no tuvieron un impacto significativo en el campo de la salud mental infantil, y paradojalmente muchos niños y niñas encuentran sus derechos vulnerados. Éstas también permitieron visibilizar las desigualdades en la provisión de cuidados en salud mental entre las diferentes provincias y en sus distritos (entre otros Parra, 2016; Barcala y Luciani Conde, 2015; Barcala et al., 2017ª; CELS, 2015; Faraone et al., 2013; Heredia y Barcala, 2016; Poverene, 2015; Torricelli y López, 2014).

Proliferan multiplicidad de instancias diagnósticas, pero no se brindan respuestas a sus necesidades y problemáticas

La psicofarmacología clínica en el trabajo interdisciplinario en Salud Mental

En tiempos de inmediatez generalizada, de demandas de satisfacción “aquí y ahora” y la necesidad de resolver los problemas “ya”, no es raro que la misma velocidad se aplique a dar por ciertos los mitos y prejuicios sobre los psicofármacos. Con la misma liviandad y celeridad está aquel que cree, imagina, dice que sabe, que la pastilla resolverá completamente el problema, así como el que, en sentido opuesto, está convencido que “esa porquería” no sirve para nada. Ambas posiciones en los extremos de ese espectro contribuyen al fracaso de una herramienta potencialmente útil. En el primer caso porque el apuro, la urgencia por medicar o ser medicado no suelen ser buenos consejeros y contribuyen a utilizaciones no acertadas de los fármacos y en el segundo caso quizás por el rechazo de plano y la pérdida de una oportunidad de una intervención adecuada para un sujeto en determinada situación y momento.

La psicofarmacología como disciplina es sumamente joven y pese a ello ha experimentado numerosos cambios vertiginosamente

Mi caso más triste

Agradezco a Topía la idea de relatar un caso grave, visto y tratado desde una perspectiva psicoanalítica.

El caso que hoy presento, es muy grave. No solo por su enfermedad. Tuvo una vida penosa, ligada, apresada, amarrada a un pasado de condiciones amargamente hirientes y envenenadas. Chocó con situaciones a las que no les encuentro adjetivos. No encuentro palabras lo bastante siniestras, horribles y amargas, para describir lo que vivió.

Tratar con Beto me fue muy penoso. Influyó tanto en mí que con una supervisión no fue suficiente. Tuve que recurrir a la ayuda de una psicoterapia personal 

Trabajo psicoanalítico con pacientes con cáncer de mama

En este escrito me propongo identificar algunas de las particularidades del trabajo con pacientes con cáncer de mama, las características del proceso durante la experiencia del diagnóstico, tratamiento y la recuperación, así como también desarrollar una serie de conceptos que permiten pensar y acercarse con mayor precisión a las vicisitudes del proceso analítico con dichas pacientes.

El psicoanalista entre médicos: Avatares de la interconsulta en el Hospital de Niños R. Gutierrez

El trabajo en interconsulta en salud mental en un hospital pediátrico nos confronta con la difícil tarea de transitar por situaciones clínicas muy complejas y allí donde la ciencia médica parece no alcanzar, somos convocados como psicoanalistas para trabajar con la enfermedad crónica, la muerte en la infancia y adolescencia.

Nuestro trabajo en las salas del hospital se enfrenta muchas veces con la angustia que genera lo imposible de tolerar de la enfermedad, el dolor y la muerte de un niño

Vicisitudes en la construcción de las funciones materna y paterna: repetición o acontecimiento

Tanto la maternidad como la paternidad deben ser separadas de las visicitudes biológicas.

 Por el camino de la fertilidad asistida, el espermatozoide que participe en la procreación de sus hijos, puede no ser el propio. El proceso de ser padre es de otro orden. Posiblemente es más ajustado decir, que es del orden de la cultura del deseo. Única que subvierte el mandato natural sin repetirlo en un mandato cultural. Puede ocurrir, que un varón procree hijos y sin embargo, se desentienda de ellos y no ejerza la función paterna. También puede ocurrir, que alguien considere padre a alguien sin que lo una la génesis biológica. Creo que es imprescindible diferenciar la maternidad y/o paternidad biológicas de las funciones materna y paterna.

Niñez y Tecnologías

Notas e interrogantes sobre un entrecruzamiento posible entre construcción del psiquismo y nuevas tecnologías

A pesar de la fuerza con la que fue irrumpiendo la tecnología en las últimas décadas, resulta muy asimétrica la relación con el escaso trabajo de investigación realizado en el cruce de lo que ofrecen desde el interior de la sociología los estudios CTS -desde la perspectiva socio / tecnológica- por un lado; y los aportes que -fundamentalmente desde el psicoanálisis- se tienen acerca del lugar que ocupan las nuevas tecnologías en la constitución del psiquismo.

Hay una clara necesidad de análisis e interpretación sobre este entrecruzamiento. Esto arrojaría desde nuevas lecturas posibles a la luz de fenómenos actualmente vigentes -a los que asistimos de modo permanente en el trabajo con niños2 en el consultorio- y sus posibles determinaciones en la construcción de subjetividad; hasta de modo más específico, nuevas herramientas para ampliar el conocimiento del complejo proceso que supone la fundación y constitución del psiquismo.

A partir del trabajo de supervisión e intercambio con Silvia Bleichmar, comencé a incorporar tímidamente -en el consultorio- a la computadora como un elemento dentro de la caja de juegos

La adolescencia frente a las nuevas tecnologías: ¿herramienta, droga o escudo de protección?

El acompañamiento de adolescentes en nuestra época es un gran desafío. Estamos embarcados con ellos en la travesía de una experiencia que conocemos poco y mal: ser adolescente en una época de plena expansión tecnológica es una vivencia que nos es completamente extranjera. Al mismo tiempo, los desafíos, atravesamientos y dificultades de la adolescencia son universales y comunes a todas las épocas.

Aunque muchos adultos seamos totalmente inútiles tecnológicamente, seguimos siendo los garantes, los iniciadores de la cultura, de la ley y del tejido de las relaciones

Muerte de Eros, muerte de la rebelión

Ejerzamos la zoilez que Charles Baudelaire (1999) invitaba a practicar: la crítica violenta, hasta maliciosa en el sentido intelectual, aunque no por eso se pierde del todo la idea de aporrear a quienes -como dice Baudelaire- son cómplices del error, cómplices de la estafa. Hablamos entonces de los actores capaces de ejercer la rebelión en contra de la cultura de la simulación, los jóvenes y que, sin embargo, no lo hacen.

Los jóvenes viven ensimismados en los nuevos medios tecnológicos, lo que impide, en gran medida, que levanten la voz

¿Quién es el enfermo y de qué padece?*

Subjetividad en tiempos de malestar social

Nancy Caro Hollander es una psicoanalista e historiadora residente en Los Ángeles, California. Es miembro del Centro Psicoanalítico de California y presidente electa de la sección de “Psicoanálisis para la responsabilidad social” de la Asociación Norteamericana de Psicología. Es profesora de historia de la Universidad de California. Ha publicado artículos sobre diversos temas como el capitalismo patriarcal y las mujeres en América Latina, la historia del psicoanálisis en la Argentina y la vida y obra de Marie Langer. Milita en diferentes organizaciones comunitarias de EEUU. Entre 1969 y 1974 vivió en Buenos Aires y recorrió el resto de Latinoamérica. Escribió un libro donde relata los procesos sociales y políticos y su relación con el psicoanálisis en la Argentina y Latinoamérica durante las décadas del 60’ y el 70’: El amor en los tiempos del odio. Psicología de la liberación en América Latina (2000).

Considero que podemos expandir los horizontes del tratamiento psicológico en nuestro trabajo clínico cuando buscamos localizar dónde y cómo los patrones neoliberales de responsabilidad, privatización, marketing y negación del otro se manifiestan

Jóvenes con problemas de adicción: el acto de escribir como herramienta subjetivante

El objetivo de este artículo es transmitir una experiencia clínica en la que la escritura ha tenido una función específica en el transcurso de la cura. El uso de esta herramienta resulta de suma utilidad en el trabajo con adolescentes y jóvenes que tienen dificultades para expresarse verbalmente. Asimismo, como puente entre sesión y sesión, pensando al proceso de escritura como un fenómeno transicional. Aquí me referiré específicamente al trabajo con pacientes con problemas de adicción en el último tramo del tratamiento, que es ambulatorio.

Cuando un sujeto escribe sobre una experiencia vivida, encara el armado del rompecabezas de sí mismo y de su propia historia, se enfrenta con los propios dolores y padecimientos, y con la expectativa de superarlos

Reflexiones sobre la construcción y destrucción subjetiva en la urgencia de un hospital

La urgencia de un hospital es una frontera entre la vida y la muerte, entre la internación y el alta, entre la desesperación del síntoma y su alivio, entre la salud y la enfermedad. La palabra urgencia viene del latín urgentia y hace referencia a la cualidad de urgente, o sea, aquello que urge de atención. Según la Organización Mundial de la Salud (O.M.S.) (1) la definición de urgencia es:

"la aparición fortuita (imprevisto o inesperado) en cualquier lugar o actividad de un problema de causa diversa y gravedad variable que genera la conciencia de una necesidad inminente de atención por parte del sujeto que lo sufre o de su familia".

Tiempo de zombis

El tiempo en la clínica psicoanalítica

En Cien años de soledad de Gabriel García Márquez se puede leer la siguiente frase: “el tiempo ya no viene como antes”. Se la puede entender de distintos modos. Uno es el remanido “todo tiempo pasado fue mejor”. Otro modo de leerse es que todo tiempo pasado fue distinto. El tiempo victoriano de Freud en Viena con el ritmo de carretas, trenes, valses, no es el nuestro. Freud nació apenas 67 años después de la Revolución Francesa. La vida era más corta, la vejez llegaba antes, la madurez también. Recordemos que Freud no recomendaba tratamientos a gente de más de cincuenta años. Los consideraba ya muy mayores. El tiempo subjetivo en la época de Freud era más lento y menos simultáneo. Un ejemplo es la comunicación por carta. Un género hoy en desuso que se nutría de la demora y de la ausencia. Cuando uno escribía, el que leía no estaba. Cuando uno leía, el que escribió ya no estaba. Escritura y lectura se dan en dos momentos separados de tiempo. Cada una se ejerce sin interrupción. Sin las dos rayitas azules del chat, que apuradas le avisan al que escribe que el que lee está leyendo, mientras el que escribe no terminó de escribir. El tiempo simultáneo del chat mató el tiempo sucesivo de la carta. Se inventó una nueva temporalidad. O mejor: nuevas temporalidades. Como dice el Premio Nobel de Química Ilya Prigogine: “cinco minutos de rotación terrestre no equivalen a cinco minutos de Beethoven”.

El tiempo en la clínica actual

El tiempo en la clínica psicoanalítica

Sofía acude a una primera entrevista. Luego de unos minutos aclara que ya hizo terapia algún tiempo atrás, pero que no notó cambios. A la pregunta por la duración del anterior tratamiento responde sin titubear: cuatro sesiones.

¿Qué decimos cuando decimos tiempo? ¿Cómo definimos los términos rápido o lento? ¿De qué manera se entrecruzan en cada uno de nosotros el tiempo objetivo, el de los relojes, con el tiempo subjetivo, esa otra medición que nos habita?

Seguramente todos hemos tenido fuertes discordancias al respecto. Un film que nos aburre se nos hace muy largo, en tanto otro que nos interesa o conmueve finaliza antes de lo que quisiéramos…

En la vida de Omar.

De la norma y del fantasma

Horacio Amigorena es un psicoanalista argentino. Fue profesor en la Universidad de Buenos Aires, de Córdoba, de Rosario y co-fundador de la carrera de Psicología en la Universidad de Tandil. Radicado en París desde 1972, ha dictado cursos y conferencias en la Universidad de París, en el Colegio Internacional de Filosofía y ha dirigido el coloquio “Lo masculino, ficciones, identidad y diseminación” en el Centro cultural internacional de Ceris. Publicó el libro L’amour du fantasme (2009), y artículos en las revistas Critique, Revue Française de Psychanalyse, Chimères, Les Cahiers du Grif, Le Coc-Héron, Che-Voi, Lettres Modernes. El autor nos envió este impactante trabajo clínico especialmente para la publicación en nuestra revista.

El tiempo en las parejas

Nosotros los de entonces...

Liliana pinta. Pinta que te pinta. Pinta cuadros, acuarelas, cada vez más lindas, cada mes más reconocidas en el medio.

Liliana no siempre ha pintado, aunque siempre lo ha deseado. Durante estos treinta años de casada se ha dedicado a su profesión de médica, a la clínica que tienen con su marido, también médico, y fundamentalmente, a sus hijos. Ellos están grandes, ya no la requieren tanto, así que Liliana pinta. Acuarelas con transparencias, cuerpos sexuados, algunas mujeres, muchos hombres, mucha sexualidad implícita en sus transparencias.

Cuando el sadismo entra al consultorio de niños

¿Qué impacto nos produce ver al sadismo entrar al consultorio de la mano de una probable psicopatía? ¿Cómo intervenir con una niña que sufre, pero no tiene angustia y, por lo tanto, no pide ayuda, pero le hace insoportable la vida a quienes conviven con ella? ¿Cómo trabajar con el sadismo que se pone en juego en la transferencia? ¿Cómo usar la contratransferencia?

El giro del psicoanálisis V: Actuaciones simbolizables y no-simbolizables

Cuando Freud escribe su trabajo Recuerdo, Repetición y elaboración (1914) aparece un nuevo concepto que denomina “agieren” (actuación). En inglés fue traducido como “acting out”. Define “agieren” como una “repetición” en oposición con la capacidad de recordar; es “un empuje a repetir el pasado infantil en acto sin recordarlo”. Es decir, en el análisis el sujeto revive “experiencias emocionales reprimidas de la infancia” en la figura del analista o con aspectos del encuadre.

Actuaciones en la clínica

El concepto de actuación en psicoanálisis supone un curso de acción impulsivo, con características de descarga, claramente identificable, que repite situaciones infantiles de modo inconsciente y expresa el deseo de forma simbólica y distorsionada.

Surge en la transferencia -eventualmente a efectos de desconocerla-, puede manifestarse fuera o dentro de la terapia e incluso intentar destruirla, funcionando como defensa ante el deseo inconsciente.

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