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Psicoanálisis

Sexo y amor entre varones en tiempos de fascismos y autoritarismos

En esta época de florecimiento de neofascismos en diversos lugares de nuestro planeta, bien vale recordar qué situaciones enfrentaban los varones que osaban tener vínculos sexuales y/o afectivos con otros varones en tiempos de fascismos y autoritarismos allá por la década del 30 y primera mitad de la década del 40.1 Cabe destacar, que la palabra “gay” aún no “existía” y los apelativos que solían usarse para referirse a ellos eran: pederastas, depravados, amorales, uranistas, invertidos, sodomitas, etc.

El comunismo, la sexualidad y en particular la homosexualidad eran los “demonios” que podrían infectar a los jóvenes, las mujeres y al pueblo cristiano, por eso, era necesaria una “mano de hierro”

¿Psicoanálisis con perspectiva de género o perspectiva de género en psicoanálisis?

Hemos sido socializades -por tanto, sujetes emergentes y a su vez, (re) productores- en un discurso heteropatriarcal, androcéntrico y machista, que legitima la dominación hacia la mujer, las identidades feminizadas y las identidades disidentes, por su mera condición de ser, derivando en una deshumanización, cosificación y opresión constante, en los diversos planos en donde nosotras habitamos la vida.

Es importante entender que como adultos debemos centrarnos en partir de escuchar, entender que no hay recetas, que se trata de un trabajo artesanal y es con los otros que se construirán las respuestas colectivas.

Talking cure - Hablar, cura

La primera vez que escuché para qué servía el psicoanálisis, la profesora habló de la cura por la palabra. El nombre con que Anna O. había bautizado lo que sucedía en esas consultas con un joven e inexperto Sigmund Freud. Me había impresionado (¿o sorprendido?) la metáfora de la limpieza de chimenea. Tal vez porque mi cabeza siempre fue un hervidero de pensares, un atolladero de palabras.

“La palabra es una flecha ardiente que llevamos clavada”, afirma Juarroz.

El derrumbe del Yo. Cuando el traumatismo toma dimensión colectiva

Editorial Revista Topía #99 Noviembre/2023

Podemos afirmar que hoy vivimos un mundo desconfigurado, un mundo que lo sentimos atravesado por la tragedia y que ha llevado a la sensación de vulnerabilidad y de vacío. Este mundo es una capa que se ha adherido a nuestro cuerpo sin permiso y que produce efectos cuyos síntomas se expresan en el triunfo de la violencia destructiva y autodestructiva, la sensación de vacío, la nada sobre las pulsiones de vida, el Eros.

La historia de la humanidad es la historia de la  relación del sujeto con la comunidad y no la del Yo individual

Ese reclamo indoblegable

“Hubo un siglo en el cual se desplegaron todas las esperanzas: desde la propuesta de acabar con la miseria hasta la de expulsar los demonios psíquicos que favorecen la destrucción humana, desde la ilusión de generar una infancia libre de temores, hasta la de constituir una vejez sin deterioro, casi inmortal. Hubo también un siglo en el cual se agotaron las esperanzas: desde la confianza a ultranza en la bondad humana como límite de toda destrucción, hasta el ideal que proponía la alianza entre progreso científico y racionalidad al servicio del bienestar. Hubo un siglo cuyo legado aún no hemos recogido totalmente porque su balance no ha concluido.”

Marie Langer intentó responder a un interrogante fundamental: ¿cómo repercute en la construcción de la subjetividad femenina el trabajo invisible que realizan en el seno del hogar?

La psicología positiva, la felicidad y el capitalismo

El año 2000 traía un nuevo tipo de terror en el mundo. Un imprevisto en la programación de las computadoras hizo que las grandes empresas de internet anticiparan un posible colapso mundial, por una cuestión insospechada y aparentemente nimia, internet podía desplomarse. En consecuencia, toda la información acumulada corría el riesgo de desaparecer en los primeros segundos del nuevo siglo. Al posible tsunami se lo caracterizó como Y2K. La causa era que los programadores no agregaron la centuria en el fechado. Para las máquinas el año 2000 no existía. Por ello el nuevo siglo venía con una bomba dentro de los sistemas de internet, nadie sabía cómo leerían los programas el pasaje del año 1999 al 2000. Un nuevo tipo de fin del mundo acechaba. Por eso, se recomendaba no prender las computadoras el 1 de enero de 2000. Finalmente, poco efecto tuvo el que parecía ser el tsunami que arrasaría toda la información mundial acumulada en la red. Con medidas urgentes y atinadas de las empresas tecnológicas, la nueva biblioteca de Alejandría sobrevivió indemne, fue un fuego fatuo.

La psicología positiva se lanza a barrer con los conocimientos psicológicos previos, entabla una cruzada contra el malestar y las enfermedades mentales pregonando que el bienestar y la felicidad son los antídotos que esta sociedad global necesita

Gramática del poder: la vida mentirosa de las palabras

Nuestro mundo jamás se ha caracterizado por la igualdad, en cuanto a su administración de bienes y servicios, ni en cuanto a Derechos y garantías, ni aun en su distribución o reparto del tiempo y el espacio. “Lo común” es una declaración siempre inexacta, siempre sujeta a los efectos y condiciones desigualantes, históricos e innumerables. Pero es también una construcción y una búsqueda irrenunciable. La libertad, no es entonces un bien del que disponer, ni un derecho o acceso al consumo, ni una expresión más de la propiedad privada, ni tampoco la capacidad de imponer deseos, sino la brecha que se construye singular y colectivamente cada vez que achicamos, disminuimos, desarmamos y combatimos el predominio de la desi-gualación, y construimos un “común”. 

El desamparo en la cultura podría ser la versión actual de aquel texto freudiano acerca de la cultura y su malestar, una versión que permite dimensionar mejor tantos estados de derrumbe subjetivo con los que trabajamos día a día y con los que convivimos

Entre líneas

Como le gustaba a Deleuze y a Guattari los individuos y las sociedades entre diversas líneas se traman y se recorren. Algunas bloquean y otras huyen con sus deslizamientos y zigzagueos. Entre las líneas o a partir de sus recorridos es posible mapear aventuras y viajes diversos, tensiones y conflictos, trazos de circuitos que se articulan entre comerciantes y negociaciones. Desenlaces entre contrincantes, fugas y/o deseos constituidos en determinados territorios que suelen ser obstaculizados y cortados por erguidos y férreos muros.

Preguntemos de nuevo ¿es posible abrir líneas de fuga entre esas líneas que se embrollan, entre esa línea que traza y se compone de dimensiones sociales, económicas, históricas y mundiales?

Spinoza y Freud: “compañeros de incredulidad”

Hemos visto el círculo más elevado de poderes en espiral.
Le hemos puesto de nombre a este círculo Dios. Podríamos
haberle puesto cualquier otro nombre que quisiéramos: Abismo,
Misterio, Oscuridad Absoluta, Luz Absoluta, Materia,
Espíritu, Esperanza Última, Desesperanza Última, Silencio.
Pero no olvidar jamás, somos nosotros quienes le ponemos el nombre

Nikos Kazanzakis

Spinoza y Freud: Afinidades y tensiones

El presente texto forma parte del capítulo IV del libro Spinoza, militante de la potencia de vivir de Editorial Topía

Como aparece en el título, entre Spinoza y Freud vamos a encontrar semejanzas y tensiones que es necesario destacar. En especial, si pretendemos hacer una lectura de Spinoza desde Freud que, a nuestro entender, amplía la perspectiva freudiana y genera nuevas luces en la lectura de la obra de Spinoza.

Freud menciona pocas veces a Spinoza, cuando lo hace no duda en afirmar la potencia de su pensamiento y la influencia que tuvo en sus desarrollos teóricos. Es indudable que aquí encontramos su desconfianza a que el psicoanálisis se lo asociara a una filosofía y, no como pretendía, al conocimiento científico propio del positivismo de fines del siglo XIX y principios del XX. En Un recuerdo infantil de Leonardo (1910) dice:

“Debido a su sed de conocimiento insaciable e infatigable, se ha dicho que Leonardo es el Fausto Italiano. Pero (…) en mi opinión se puede aventurar que el desarrollo de Leonardo se acerca al modo de pensar de Spinoza…”

Desde esta perspectiva spinoziana elaboramos el concepto, que denominamos “corposubjetividad”, el cual alude a un sujeto que constituye su subjetividad desde diferentes cuerpos

Acerca del consentimiento entre adolescentes y adultos

El tema del consentimiento en relación a una relación sexual entre un adolescente y un adulto se ha puesto en evidencia en los medios de comunicación. Esta reflexión de Susana Toporosi nos ayuda a pensar sobre variadas aristas del tema. La autora ha escrito En carne Viva. Abuso sexual infantojuvenil y, de próxima aparición, compilado junto a Adriana Franco, La crueldad y el horror.

La sagrada familia: ¿está el incesto prohibido?

“Tenemos que revisar toda la producción psicoanalítica basada en la primacía de un significante ¿Que es el significante fálico, que es la ley del padre? Pienso que esto responde a como la teoría está organizada y queda tributaria de un sistema patriarcal” Juan Carlos Volnovich. ¿Qué es lo que nos lleva, o, mejor dicho, nos trae a escribir este texto? Lanzamos palabras, ideas, conceptos junto con sentires acerca del ejercicio de nuestra profesión en un Cesac en Villa 20 en la Ciudad de Buenos Aires. Empezamos a escribir pese a la captura cotidiana de una dinámica de trabajo en la vulnerabilidad y vulneración social. Escribimos como modo de resistencia frente a la inmediatez que insiste en atraparnos y no permitirnos un tiempo de detención. Nos urge pensar, reflexionar, analizar y escribir, en cualquiera de los órdenes posibles. ¿Qué queremos contar?

Gran parte de las situaciones que atendemos en el equipo de salud mental del CeSac son casos de abuso sexual en la infancia. Otro tanto, son eso mismo, pero ya no se trata del hecho inminente, sino de pacientes adultas que se animan a ese recuerdo doloroso en el transcurso de las entrevistas.

Vicente Zito Lema (1939 - 2022)

En el día de hoy, con tristeza, debemos decir que falleció un amigo con quien compartimos aventuras teóricas, políticas y personales. Un grande de la cultura. Un incansable luchador de los Derechos Humanos. Abogado, periodista, defensor de los pacientes psiquiátricos, poeta, escritor de ensayos y novelas. Militante desde la izquierda, fundador de la Casa de Estudios de la Universidad de Madres de Plaza de Mayo. Formó parte de la Comisión Argentina por los Derechos Humanos. En nuestra revista participó desde su creación con artículos de ensayo y poemas.

El Complejo de Edipo como continuidad entre el campo del deseo y el campo de lo socio-histórico-político

En general, dentro de las prácticas del psicoanálisis, las contradicciones teóricas son tardíamente detectadas y, cuando lo son, coexisten como si no fuera un problema. Esto es lo que ocurre con la conceptualización del Complejo de Edipo y de castración en relación a las nuevas formas de procesamiento simbólicos referidas a la diferencia sexual y de género. Algunos autores fueron aportando lecturas parciales sobre este tema1 en el cual se inscribe el artículo sobre “la crisis del mito de Edipo patriarcal”.2 Pretendemos seguir afirmando algunas de sus ideas desde otra perspectiva.

Para Freud el mito expresa “tendencias primitivas” y “arcaicas” muy profundas de los seres humanos. No lo puede pensar como un modo social que da cuenta de lo mítico-histórico-político cuyas variaciones enuncian las relaciones de poder de la cultura hegemónica

Nosotros somos los otros

Sedimentos. Somos sedimentos de migajas de identificaciones con los otros que nos rodean a lo largo de nuestra vida. Nuestros Primeros otros, los segundos, los terceros y tantos más van dejando huellas libidinales, en su mayor parte inconcientes, en nuestros cuerpos. En todos nuestros cuerpos. Nuestros otros son fundantes no sólo de nuestro psiquismo, sino de toda nuestra corposubjetividad, tal como conceptualiza Enrique Carpintero. Los Primeros otros, que son espacio soporte de la muerte como pulsión y permiten soportar el desvalimiento originario que nos hace humanos. Los siguientes otros, a lo largo de la vida, también cumplirán esa función además de las diversas variantes de los juegos del Eros. Y a lo largo de ese camino van quedando huellas en nuestros cuerpos.

Nuestros otros dan forma a nuestra corposubjetividad. A lo largo de la vida. Cada crisis esparce las pizcas de identificaciones y permite reorganizaciones caleidoscópicas

Subjetividad, otros, lazo social

La subjetividad es un ensamblado complejo e indisociable de los enlaces con los otros, desde el primer aliento vital hasta el último. Se construye en el seno de múltiples condiciones de producción, tanto vinculares como sociohistóricas, en una trama en la que sujeto, vínculo y cultura se enhebran y continúan entretejiendo a lo largo de la vida.

Será a lo largo de un creciente proceso de complejización psíquica que el pasaje de la fusión inicial irá posibilitando la simbolización de la propia singularidad y, a la vez, el acceso a la alteridad de los demás

El odio al otro es odio a uno mismo

Esta frase de Freud en respuesta a Einstein sobre si era posible evitar las guerras, da cuenta del pesimismo respecto de que pudiera erradicarse la violencia y el odio en la convivencia entre seres humanos.

Sostiene que a través del fenómeno que llamó “narcisismo de las pequeñas diferencias” se produce “una satisfacción cómoda e inofensiva de la inclinación agresiva, por cuyo intermedio se facilita la cohesión de los miembros de la comunidad”1, siendo complementarios el amor y la solidaridad hacia los pares, y la agresión y el odio hacia los diferentes.

En nuestras sociedades (cis-heteronormativas) en particular, el dispositivo de masculinidad (hegemónica) implica, además, el rechazo de todo lo que tiene que ver con lo considerado “femenino”

A Vicente Galli, in memoriam

El 23 de octubre falleció Vicente Galli. Tuvo una larga y destacada trayectoria en el campo del psicoanálisis y la Salud Mental en la Argentina. Comenzó siendo parte de la experiencia del Lanús a principios de los ’60. Allí fue Jefe de Consultorios Externos del Servicio de Psicopatología. A la vuelta de la democracia fue Director Nacional de Salud Mental (1983-1989). También fue Profesor Titular del Departamento Salud Mental de la Facultad de Medicina (UBA), entre 1987 y 2004. Y un largo recorrido como psicoanalista, siendo miembro fundador de la Sociedad Argentina de Psicoanálisis (SAP).

Lo opuesto de la adicción no es la sobriedad sino la conexión…

…dice Johann Hari, que no es médico ni psicoanalista. Es un periodista británico que ha hecho una lúcida investigación sobre (el fracaso de) la guerra contra las drogas. En el marco de esta investigación, Hari se adentra en el estudio del fenómeno mismo de la adicción, tomando testimonios de distintos especialistas e investigadores, atreviéndose a interpelar las teorías dominantes respecto de los causales de la adicción.

Alexander concluye entonces que “no es la droga lo que provoca la conducta nociva: es el ambiente. […] La adicción no es una enfermedad, es una adaptación. La adicción no está en ti, está en la jaula donde vives.”

Sobre el fenómeno musical desde una perspectiva psicoanalítica (Preludio)

La música desde una perspectiva psicoanalítica es un abordaje demasiado arriesgado. Ni Freud ni Lacan tuvieron mucho que decir al respecto. Freud, directamente sentía rechazo por la música, interesantísima cuestión aledaña habiendo sido él un hombre de muy vasta cultura y habiendo nacido en la Viena del siglo XIX, que es como decir que nació en una cuna musical. (1) Lacan, por su parte, dejó la cuestión para un futuro que luego no advino. Por ese campo vacío de mojones y referencias, y para peor, minado de extrañas pasiones e ideas insólitas que priman sobre la música en los tiempos de los multimedia, intentaremos avanzar. En principio, lo que se hace imprescindible para este abordaje, es trazar una línea gruesa, señalar una división taxativa entre dos aspectos bien diferentes a considerar: por un lado, lo que la música es para los cánones propios del arte y de los cuales podemos tomar nota en los estudios musicológicos – cuál es su interior, su secreto, sus tensiones inherentes, etc. – y por otro, lo que la música opera o implica en un sujeto oyente, o para mejor decir, en cada sujeto oyente.

Los sonidos no tienen representación simbólica ni imaginaria. Cada sujeto podrá organizar su mundo privado de fantasías al escuchar música, pero esas construcciones no dependen de ninguna condición prefigurada de los sonidos

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