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Nota de los editores: Escenarios del Sometimiento

Revista Topía #86 - Agosto/2019

El sometimiento del poder es un signo de todas las épocas. Lo más notable en la actualidad es su naturalización. Un ejemplo es que podemos pensar antes la posibilidad de destrucción del planeta que el fin del capitalismo. Lo que escuchamos es que nada puede cambiarse: es lo que hay, y no podemos hacer nada para modificarlo. Estas frases muestran los efectos en la subjetividad de la aceptación pasiva del sometimiento.

El miedo como forma de perpetuar el sometimiento

Editorial Revista Topía #86 Agosto/2019

Como venimos afirmando, los nuevos modos del fascismo en las democracias occidentales llevan a la importancia de una memoria crítica.1 Por ello debemos decir que la memoria y el olvido no representan campos neutrales, por lo contrario, son campos de batalla en los que se modela la identidad colectiva. La cultura hegemónica se apropia de la herencia simbólica del pasado componiendo un claroscuro a partir de las exigencias del presente en las que se silencian algunos hechos y se mitifican otros. De allí la necesidad de rastrear las huellas de una memoria crítica donde vamos a encontrar que, cuando el poder siente que puede estar amenazado, no duda en organizar formas de represión que terminan en masacres. Éstas quedan elididas de la historia oficial generando procesos de subjetivación colectivos donde la represión de lo siniestro genera miedo. Miedo que tiene diferentes características en cada momento histórico. Miedo cuyo objetivo es perpetuar el sometimiento a los valores dominantes.

La memoria y el olvido no representan campos neutrales, por lo contrario, son campos de batalla en los que se modela la identidad colectiva

Sometimiento tecnologico en el capitalismo actual

El capitalismo ha alcanzado los más diversos ámbitos de la sociedad, el individuo y la naturaleza, en un proceso que puede caracterizarse como el de la totalitaria subordinación (subsunción) de la vida al capital. Dicha subordinación genera nuevas formas de sometimiento y refuerza las “antiguas”, con la particularidad de que ahora la sumisión pareciera no recurrir a la fuerza, sino ser admitida por los sujetos, como sucede con el dominio tecnológico que envuelve a los individuos en una maraña de aparente felicidad y autonomía, expropiándolos del último resquicio de libertad que pudiera quedar. De esta forma, se ocultan las raíces de la desigualdad e injusticia propias del capitalismo, como si ese sistema no existiese, y los problemas económicos y sociales que genera fueran resultado de las imperfecciones de los individuos, que pueden ser resueltos con soluciones tecnológicas.

La tecnología le permite al capital un dominio totalitario de la individualidad en el trabajo, la sociedad y en la vida privada, a un nivel ni siquiera imaginado en las novelas de ciencia ficción

La infancia como propiedad “Con mis hijos no te metas”

¿Por qué el lugar más peligroso para niños, niñas y adolescentes es la propia casa? Dos de cada tres agresiones sexuales contra ellos son perpetradas por personas del ámbito familiar, de mayor a menor en el porcentaje: padre, padrastro, tío, abuelo.

Esta pregunta nos resuena en particular a quienes trabajamos con adolescentes, etapa en la que se va transfiriendo la confianza adquirida en la propia familia, construida en la infancia, a la confianza en los pares y otros adultos del afuera familiar, lo cual posibilitará un desprendimiento saludable. En la observación clínica, en muchas familias en las que ocurre un abuso sexual intrafamiliar hay una proyección de ese interior peligroso hacia el afuera. Madres y padres no habilitan a que sus hijos e hijas adolescentes exploren el mundo que está afuera de la propia casa. La noción de propiedad de los hijos suele ser uno de los elementos más visibles: la prohibición de salir o tener intimidad con amigas y amigos, de interesarse por otros u otras, de tener novio/a, etc.

Esta idea de que el niño o niña son una propiedad de sus padres y por extensión de los adultos cercanos a ellos, está naturalizada a partir de años y años de una cultura patriarcal en que no eran considerados sujetos

Desde la Cuba revolucionaria. Feminismo y Marxismo en la obra de Isabel Larguía y John Dumoulin

Aunque de momento resulte tan poco conocido como enormemente olvidado fue desde la Cuba Revolucionaria que tuvo lugar el desarrollo prístino de una teorización marxista-feminista del trabajo doméstico. Desde La Habana, a inicios de 1969 los intelectuales Isabel Larguía y John Dumoulin comenzaron a difundir su primer manuscrito titulado “Por un feminismo científico” el cual será editado hacia 1971 por Casa de Las Américas. El esfuerzo intelectual que pergeñaron estuvo dirigido a comprender las modalidades de explotación que atañen a las mujeres, así como las posibles alternativas emancipatorias. Su objetivo no era tanto el de agregar una nota al pie a los consagrados escritos de Karl Marx y Friedrich Engels sino poner en tensión los límites del marxismo y el feminismo a la hora de interceptar la opresión de las mujeres. Anidada en el seno de un país socialista, la contribución de Larguía-Dumoulin constituye un modo de adentrarnos a los complejos y no siempre armoniosos vínculos entre feminismo y marxismo, así como un modo de introducirnos histórica y políticamente a las tensiones y acercamientos que se produjeron entre feministas y otras organizaciones de izquierda en los principales centros de América Latina y El Caribe. Quizás por ello este ensayo es decididamente polifónico. Está hecho de retazos de memorias, de escritura feminista que actualmente goza el estatuto de archivo, discursos historiográficos, análisis teóricos, declaraciones oficiales y renovados estudios cubanos sobre las mujeres.1

El esfuerzo intelectual que pergeñaron estuvo dirigido a comprender las modalidades de explotación que atañen a las mujeres, así como las posibles alternativas emancipatorias

Las luchas por el cielo: Tecnología y sometimiento

El general Gim Yu-sin, en el período en que la dinastía Silla dominó la península de Corea (595 - 673 d.C.), dirigía su ejército al combate. Estando ya resuelto el ataque contra el enemigo, sus soldados se negaron a combatir. No discutían su autoridad, sino que durante la noche había caído del cielo una gran estrella fugaz, y esto lo entendieron como un gran desorden en el firmamento. Un mal presagio. Gim Yu-sin a la noche siguiente remontó un gran barrilete con fuego en su cola. Ya en el aire el barrilete se incendió y esto hizo creer a sus tropas que la estrella había vuelto a las alturas. Con el cielo en orden los soldados entendieron que podían dar batalla al enemigo hasta perder la vida.

La Torre de Babel

La fragilidad del hombre proyectó un cielo poblado de seres poderosos: los dioses. Ese inalcanzable firmamento era algo imposible de tocar, oler, palpar o lamer. Durante siglos estuvo fuera de escala humana. En consecuencia, la atmósfera fue cargada de sentidos tanto celestiales como siniestros. Los temores atávicos a lo desconocido, a la muerte fueron construyendo diversas formas de dioses y surgieron castas sociales que se fueron diferenciando del común. Sacerdotes que se apropiaron del poder, declarándose representantes de los dioses y tomando de ese poder tanto los beneficios de la producción de bienes, como del dominio sobre las personas. Aprovecharon y aumentaron los terrores a lo celestial para someter a sus comunidades, la consecuencia es sabida: se apropiaron de los beneficios materiales y simbólicos de la dominación. Pregonando el miedo a los dioses dominaron a sus comunidades y declararon enemigos acérrimos a aquellos diferentes que caracterizaban como bárbaros.

Una conocida estratagema emplea la Biblia: divide para reinar. Estrategia que perdurará para organizar y azuzar el miedo al diferente como forma básica de dominar al conjunto social que se conduce

Desde hace cinco décadas, una cuestión insoslayable: la crueldad

El 21 de marzo de 2019, me encontré en el diario Página/12 con el artículo de Enrique Carpintero titulado: “Los nuevos modos del fascismo en las democracias occidentales”. Un muy buen trabajo, luego publicado en la revista Topía como editorial del número de abril de este año. En ese texto encuentro una clara cercanía con un artículo que escribí el 23 de julio de 2017, que es publicado en la web del mismo diario, (y que aquí reproduciré) que se titula “La crueldad, la violencia en el gobierno neoliberal”. En ambos artículos cobra centralidad el tema de la crueldad. Pero antes de reproducirlo quiero contar que desde finales de los 80 del siglo pasado vengo escribiendo sobre dicho tema. En mí, es una vieja pregunta y una necesidad de contestarla desde siempre, nunca me alcanzó una explicación esencialista sobre el Mal, o el Mal radical. Si pretendemos combatirla y quizás lograr erradicar la crueldad que habita en el corazón de la condición humana necesitamos, necesitaba y necesito seguir desentrañando, junto con otros/as, su complejidad y su efectividad destructiva en grado extremo.

La crueldad es un modo de violencia que se despliega para anular cualquier modo de alteridad, es la acción de derrotar la alteridad

Nuestros antepasados los sodomitas

El vocablo “puto” fue una categoría discursiva popular para señalar y perseguir a sujetos varones que tenían sexo con otros varones, por así decir, un antepasado de la categoría psiquiátrica “homosexual” creada en 1869 por el periodista y activista vienés Karl-Maria Kertbeny y adoptada y popularizada por Gustav Jäger, Magnus Hirschfeld y Krafft-Ebing.

¡ESTE ES EL MOMENTO!

Una oleada de gobiernos con una ideología fascistoide, enancados en un furibundo capitalismo devastador y haciendo gala de su deseo y capacidad para imponer a toda costa su política, hoy se desparrama por muchos lugares del mundo. Pero en América Latina ya está por sentarse en el trono de Brasil un tal Bolsonaro.

Aquí no vamos a sumarnos a la larga lista de adjetivos descalificativos que bien se tiene ganado este siniestro personaje, ni a dirimir la correcta categorización política para ubicarlo: fascismo, neofascismo, nueva derecha, etc. Lo que nos importa es aprovechar esta circunstancia, que parece recién comenzar, para abrir una brecha en el homogéneo horizonte político que la derecha conservadora neoliberal nos ha impuesto para que se consume su triunfo más significativo de los últimos 40 años: haber secuestrado la política, haciéndola desaparecer de la vida colectiva de los pueblos. Así lo entendemos, en la medida que afirmamos que el único pensamiento-acción-organización que merece llamarse política es el que se propone abolir el lazo social hoy dominante y el Estado que lo garantiza. El resto es pura gestión del orden existente o reacción ante cualquier amenaza contra el mismo.

Redes sociales: El nuevo lago de Narciso

Narciso en tiempos modernos no mira su reflejo en un lago. El lago se ha tornado en pantalla.  Una realidad desfigurada, ilusoria, una imagen filtrada, de colores bellos y sombras y luces, pero que poco expresa la menos colorida, pero real, realidad.

En este reflejo, Narciso se pierde, se cae en el lago, se ahoga en lo imaginario. Narciso ahora vive el mundo a través de imágenes que se proyectan en una pantalla. Ha muerto su yo real, es ahora una realidad fantaseada, la realidad a través de la imagen, y se observa a partir de fotografías retocadas que muestran la mejor, pero ilusoria, versión de sí.

De la insumisión a la insurrección: el existenciario femenino

El psicoanálisis y los feminismos tienen una larga historia de confrontaciones, lazos, cruces, tensiones.

A la luz de los nuevos maremotos feministas y bajo una época de retorno fascista mundial; me gusta pensar al psicoanálisis y los feminismos no como un simple cruce teórico- epistémico, si no como una verdadera alianza política-clinica. Alianza que produzca insurrección. Armar lazos y conexiones impensadas para producir existencias totalmente inéditas.

Trabajo y emancipación. Conclusión

Fragmento del libro Trabajo Vivo (Tomo 2), "Trabajo y Emancipación" de Christophe Dejours.

El trabajo aún sigue y seguirá estando en el origen de la riqueza.

Contrariamente al veredicto de los prospectivistas, su término no aparece en el horizonte.

El trabajo es y seguirá siendo un irreemplazable mediador en la lucha por la autorrealización y en la producción de las obras de la cultura.

El trabajo le debe esos gigantescos poderes a la inteligencia de los seres humanos -su ingeniosidad- y a la movilización de esa inteligencia -su celo-.

Nota de editores: La tentación fascista

Revista Topía #85 - Abril/2019

El mundo parece derivar hacia una nueva tentación fascista. El actual capitalismo neoliberal multiplica desigualdades cada vez más profundas. Esto produce una fragmentación que promueve nuevas formas de desidentificación y desubjetivación. Ante este estado de situación, la tentación fascista es un camino que tiene horizontes de mayor destrucción y crueldad, tal como en la primera mitad del siglo XX.

Los nuevos modos del fascismo en las democracias occidentales

Editorial Revista Topía Abril/2019

Debemos reconocer que el fascismo está de regreso. Con esta afirmación consideramos los modos del fascismo en las democracias occidentales que en la actualidad no reproducen aquél que existió luego de la primera guerra mundial. Designamos con el término “modos del fascismo” al ascenso de las derechas radicales en diferentes partes de Europa y América. Un rasgo común, desde los movimientos neonazis a los diferentes partidos de la derecha, es la xenofobia y la defensa de formas autoritarias. Creemos que no es posible asimilar las características disímiles de todos estos grupos con una palabra como “posfascismo” o “neofascismo” ya que su particularidad es responder desde el fascismo de las diferencias a la crisis que genera el capitalismo tardío; pero no para superarlo, como en los fascismos clásicos, sino para afirmar las mismas condiciones de sometimiento.1

La ética son los otros humanos. Esto es lo que formuló Spinoza en el siglo XVI. El otro humano necesariamente molesta; sino está esa molestia, ese malestar como diría Freud, no hay ética

Fascismos ¿eran los de antes?

Dícese “facho” -apócope de “fascista”-, entre nosotros, de alguien que es declaradamente reaccionario, racista, anticomunista, misógino, homofóbico, etcétera, ostente uno, varios o todos esos rasgos (que, por otra parte, suelen asociarse en diversas proporciones). Si es una mujer, correspondería “facha”, aunque ello resultaría confuso para un español, que llama facha a todo/a fascista, sea del sexo / género que sea. En cambio “facha”, entre nosotros, se usa de otro modo (derivado del italiano faccia, “cara”), en coloquialismos ajenos a la política: “Qué linda facha”, “Qué facha de culo”, y así.

Las democracias occidentales demostraron su completa inoperancia -combinada con impotencia ideológica- para contener la descomposición, hasta el grado de abyección, de lo que suele llamarse el “lazo social”

Nuevas formas de organización del trabajo: soledad e individualismo

Epílogo a la Segunda Edición de la "Banalización de la injusticia social"

Desde la publicación de este libro en 1998, el material empírico que ha servido de apoyo al análisis de los resortes subjetivos de la servidumbre en un régimen neoliberal ha sido ampliamente difundido.

Los pasos previos

Durante la segunda guerra mundial fueron varios los países (Alemania, Japón, la URSS, Estados Unidos) que hicieron experimentos secretos y crueles sobre la población de prisioneros de guerra. Son también conocidas las atrocidades que se cometieron, en forma sistemática y ordenada, en los campos de concentración de la Alemania nazi, con el emblemático Auschwitz como ejemplo más significativo. Pero quizá no es tan conocida la historia de la Campaña de Eutanasia para exterminar a los enfermos mentales que se desarrolló entre el año 1939 y el año 1941. El plan consistía en la eliminación de aquellos componentes de la sociedad “degenerados” que contaminaban la pureza aria. El terreno estaba allanado por una serie de leyes y un clima social, no solo en Alemania, que interpretaba a los enfermos mentales como una carga social que no era admisible de tolerar para una sociedad que necesitaba crecer en forma saludable. En los Estados Unidos a comienzo del siglo XX, con el aval de la Corte Suprema de ese país, se habían llevado a cabo miles de intervenciones de “esterilización forzada” a minorías raciales, personas con malformaciones congénitas, enfermos mentales y delincuentes. En un hecho histórico casi inadvertido, el nazismo copió del mundo anglosajón las prácticas de esterilización forzada que llevaban a cabo países como Gran Bretaña y los Estados Unidos mucho antes del surgimiento del régimen. Eugenio Zaffaroni en su genial texto “La cuestión criminal” (2011) brinda ejemplos de científicos y expertos en leyes que brindaron su apoyo a la aniquilación de las “razas inferiores” porque consideraban que contribuían, de esta manera, a un bien común y al mejoramiento de la raza. En Alemania el antecedente más importante fue la sanción de la Ley de Prevención de Descendencia con Enfermedades Hereditarias (1933). Como señal premonitoria se redujo drásticamente el presupuesto de los hospitales que alojaban pacientes con problemas psiquiátricos. El régimen nazi convirtió a la esterilización en la primera aplicación de la imaginación biomédica destinada a la muerte colectiva. Cerca de 120 mil personas fueron esterilizadas, débiles mentales, trastornos bipolares, ceguera hereditaria, alcoholismo, delincuentes y homosexuales. Se establecieron “Tribunales de Salud Hereditaria”, especialmente para tomar decisiones sobre esterilización y a todos los médicos se les requería legalmente que informaran a los funcionarios de salud si encontraban pacientes con estas características. Frente a un clima hegemónico que ejercía una gran presión, fueron pocas las voces en contra de la esterilización, algunos psiquiatras de renombre como Karl Bonhoeffer, Ewald de Göttingem y funcionarios no médicos como Gerhard Braune (y su célebre “Memorándum Braune”), protagonizaron una escasa y marginal resistencia.

El nazismo copió del mundo anglosajón las prácticas de esterilización forzada que llevaban a cabo países como Gran Bretaña y los Estados Unidos mucho antes del surgimiento del régimen

Notas sobre xenofobia

Al parecer, todos los problemas humanos tienen la particularidad de confluir de un modo o de otro y en distintos grados de intolerancia a la otredad del otro, permitiéndome la redundancia. Estas diferencias, desde luego, son étnicas, nacionales, religiosas, económicas o de género. Actitudes y conductas fascistoides se dan en todo este grupo de xenofobias, que incluyen, desde luego, las homofobias.

El hecho antropológico de base es que el yo, la individualidad, la existencia misma se construye en el encuentro, sólo en la relación con un tú. Estas ideas las desarrolló también Sartre en “El ser y la nada” (1943), a propósito del surgimiento de la consciencia psicológica. La madre es la mediadora entre el niño y el mundo exterior, es decir, con lo extraño, con lo diferente, con lo amenazante o reconfortante. En esa experiencia con la madre se forja toda posibilidad de conductas abiertas, amables o conductas xenófobas. Otro mecanismo de defensa que suele estar en la base de conductas xenófobas es el de la proyección. Ejemplifiquémoslo en el caso concreto de homofobias en donde el varón no asimila sus propios componentes femeninos y los deposita en homosexuales para combatirlos y odiarlos ahí. El elemento xenofóbico de la homosexualidad masculina se dirige hacia la mujer. En el caso de la lesbiana el ingrediente xenofóbico es hacia el varón.

La xenofobia es un fenómeno de mil cabezas que va desde fenómenos inmunológicos y la angustia de los ocho meses (Spitz) hasta el más brutal racismo

El dispositivo antisemita

Helmut Dahmer es un sociólogo alemán. Estudió con Adorno y Horkheimer. Se doctoró en 1973 y desde 1974 profesor de sociología en la Universidad de Darmstadt. Fue coeditor de la revista Pshyché. A principios de los 80 denunció la política colaboracionista de las instituciones psicoanalíticas durante el nazismo. Las polémicas hicieron que perdiera su puesto en dicha revista. Fue cofundador del Hamburgian Institute for Social Research en 1984 y del Centro Psicoanálisis y Sociedad en Lima.

Tiene una importante producción escrita. Entre sus libros traducidos al castellano encontramos Libido y Sociedad. Estudios sobre Freud y la izquierda Freudiana (1983), La sociología después de un siglo de barbarie (2005). Es también el editor de las obras anotadas de León Trotski en alemán. Se han publicado ya siete volúmenes y hay otros en preparación.

El texto original de este artículo fue publicado en la revista electrónica Constelaciones. Revista de Teoría Crítica. Para este dossier el autor escribió especialmente un apartado final.

En el fondo de cualquier locura se esconde “algo de verdad histórica”

Las tormentas solares y la tecnología

El 2 de setiembre del año 1859 el clipper Southern Cross, uno de esos veleros de tres mástiles que en aquellos tiempos dominaban los mares, salió de una fuerte tormenta en las costas de Chile. Los avezados marineros lucharon con denuedo para que el Southern Cross pudiera atravesar la fuerte marejada. Cuando amainó la borrasca no tuvieron el alivio esperado. El mar estaba teñido de rojo y el cielo tenía variaciones en rojo y amarillo que no podían descifrar pese a larga experiencia que tenían como navegantes de alta mar. El temor a lo desconocido se hizo presente de inmediato, los más experimentados navegantes oteaban el horizonte buscando respuestas, recién lograron calmar a la tripulación cuando comprendieron que se trataba de una aurora boreal. Algo que no correspondía que ocurriera en esas latitudes pero que ahí estaba. Decidieron seguir navegando con cautela y estar preparados para enfrentar una probable borrasca.

La ecuación entre progreso y planeta sustentable hace ya mucho tiempo que ha sido denunciada como imposible bajo las condiciones económicas imperantes

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