Expondré una perspectiva psicoanalítica sobre el tema que nos convoca y me mantendré estrictamente en ese terreno, porque considero que puedo opinar con buenos fundamentos sobre estas cuestiones tan polifacéticas, desde la óptica de mi oficio. Lo dicho implica reconocer que desde otros ángulos y disciplinas -filosofía, sociología, literatura, política, poesía, antropología y también desde las experiencias personales al respecto- se pueden abordar estos mismos asuntos con miradas diferentes, a veces complementarias, a veces divergentes de la razón psicoanalítica.
La identificación es el mecanismo que estructura nuestro psiquismo, nuestra subjetividad. Gracias a ella, se van haciendo propios, de manera inconsciente, los rasgos o atributos de quienes nos rodean
Desde hace años que hemos venido publicando en las páginas de Topía textos sobre la experiencia en Trieste. Vale mencionar, entre otros, los libros La condena de ser pobre y loco de Franco Basaglia y Vivir sin manicomiosde Franco Rotelli. Pero, ¿cómo se trabaja hoy en Trieste? Su actual director envió especialmente este texto para nuestra revista, donde se transmite cómo se continúa trabajando hoy y cuáles son los logros a partir de más de 40 años de trabajo.
Introducción
En Italia, la desinstitucionalización psiquiátrica se completó al punto de que se han cerrado todos los hospitales psiquiátricos en un lapso de dos décadas (1978-1999), gracias a un movimiento crítico previo y a la ley de reforma que se aplicó en 1978. Esta ley se basa en los derechos plenos (como el derecho a la libre comunicación, el derecho a apelar, a no tener tratamientos involuntarios prolongados, a la no detención durante esos tratamientos) y no contempla la intervención de ninguna autoridad de la justicia ni del orden público. Estos principios llevaron a que se lograra la tasa más baja de tratamiento involuntario en Europa (17/100.000), así como la tasa de menor duración de estos tratamientos (10 días), lo cual evita que los usuarios del servicio pasen por un proceso pesado de institucionalización. El sector forense pasa ahora por una desinstitucionalización gradual (el 31 de marzo de 2015 la ley número 81 dictaminó el cierre de los 6 hospitales forenses existentes, reemplazándolos por pequeñas unidades regionales vinculadas a los departamentos de salud mental), con lo que en dos años se redujo el número de detenidos a menos de 600, en comparación con los 1500 de años anteriores (ROSEN et al., 2012, 2014).
A partir de Gramsci, la hegemonía es entendida como un proceso de dirección política e ideológica, en el que una clase o sector logra una apropiación preferencial de las instancias de poder en alianza con otras clases, admitiendo espacios donde los grupos subalternos desarrollan prácticas independientes y no siempre “funcionales” para la reproducción del sistema.
Este proceso actual, se inscribe en el llamado “tecnocapitalismo”, en el cual las corporaciones farmacéuticas, han pasado a ser una de las actividades con mayor margen de renta del sistema capitalista
El Frente de Artistas del Borda-Espacio de Pensamiento acaba de publicar un libro donde refleja su praxis transformadora que ya tiene más de 30 años de historia. Es un libro-experiencia que surge como desprendimiento de prácticas del Frente de artistas del Borda, experimentación auto-investigativa.
Hemos seleccionado algunos fragmentos del libro, ya que consideramos que es indispensable para avanzar en el largo camino de la desmanicomialización.
Las ratas tomaron el hospital. Un hecho que se condice con la clásica y triste verdad de Doña Rosa: “y qué querés, es el hospital público”.
Es sabido que estas criaturas de Dios habitan, junto con las cucas y los alacranes, toda clase de hueco y resquicio, incluso, si una busca bien a fondo en las instalaciones, seguramente, se cruce con algún ex niño expósito que sigue viviendo desde la época en que el hospital era hogar de huérfanos. No somos el arca perdida de casualidad.
El aniversario de los 25 años de la 1° Marcha del Orgullo en Buenos Aires (Junio de 1992), me motivó a escribir unas líneas sobre nuestro grupo I.S.I.S. (Investigación en Sexualidad e Interacción Social) y lo que significó esa experiencia.
Nos conformamos como un grupo de estudio y reflexión en diciembre de 1991 / enero de 1992 en el ámbito de la CHA (Comunidad Homosexual Argentina). Por diferencias con la comisión directiva de aquel entonces respecto del material que se estudiaría e investigaría y la modalidad de funcionamiento del grupo, decidimos abandonar la institución en marzo de ese mismo año y conformarnos como grupo independiente.
Los diversos modos de circular favorecen los encuentros. Es uno de los modos de trabajar que compartimos entre la Asamblea de la Comunidad Terapéutica de Peñalolén - CTP (Chile) y el Club Terapéutico de Saumery (Francia) desde 2006 con fundamentos compartidos: ambos son pensados como organizador del ambiente, lo cotidiano, talleres, acompañamientos y otros grupos. Trabajan en la acogida y lo singular de cada momento e historia, la continuidad de la vida y los cuidados. Facilitan la circulación del dinero, de palabras y deseos para hablar y también, de dificultades y responsabilidades.
La primera vez que pisé la guardia no me esperaban a mí. En realidad a nadie de Salud Mental, a pesar de que los médicos estaban alertados de que se formarían los equipos psi. Psiquiatra o trabajador social tienen más sentido dentro de la división del trabajo médico, pero ¿un psicólogo en urgencias? Cualquiera puede cumplir esa función innecesaria de dar una palmadita para calmar al angustiado y despacharlo luego. “Lo que yo necesito es un traumatólogo”, me dijo la entonces Jefa de guardia. Pedido más que razonable si se tiene en cuenta que los niños se rompen algún hueso o la crisma con regularidad. Pero lo que yo quería explicarle a la Camarada en Jefa era que durante veinticinco años los “psi” habíamos sido la nada misma, el grueso proletariado olvidado de la salud y ahora, reivindicados nuestros derechos, yo tenía mucho para dar a la causa; que yo creía fervientemente en la salud pública y en la ayuda al compañero necesitado del conurbano bonaerense.
Hoy escribo para vivificar algo de esta fuga todavía muy enmarañada que fue Trieste; que trae afectaciones, sensiblerías a las que siempre con vergüenza intento dar lugar; porque la fuga es también en relación a la Academia y su Saber; a aquello que nobleza obliga escribir. Un palabreo entonces. De Trieste, de vidas y vidas ahí, que se habían dejado seducir y transformar en lo privado y en lo público, ante todo por una nueva relación a la locura. Escribe Cooper (1974) que en realidad el campo de la definición de la salud y la locura es tan confuso que quienes se aventuran a descubrirlo son uniformemente horrorizados. Ahora quizás sea cierto que nadie puede empezar a pensar, a sentir, a actuar, si no es partiendo del punto inicial de su propia alienación (Laing, 1967). Así que aquí vamos, desde la propia.
¿Qué habrá entre el dicho y el hecho? o de como llegue al “Cultural”
Corría octubre del 2011, motivada por la reciente sanción de la Ley Nacional de Salud Mental (nº 26657), lo que por aquí y por allá había leído sobre procesos de desmanicomialización, salud mental comunitaria y acciones en salud en la comunidad, decidí hacer mi experiencia de APS en la provincia de Río Negro, cuna nacional de los proyectos de reforma sanitaria en Salud Mental. Mientras leía, pensaba ¿Cuánto de todo esto se pondrá en práctica? Una suerte de ¿Qué habrá entre el dicho y el hecho? Ese trecho me llevo 1800 km al sur, al Hospital Zonal Ramón Carrillo y sus centros de salud.
A fines de mayo de este año, se desató una polémica en la provincia de Jujuy cuando se autorizó el uso del electroshock en el Hospital Psiquiátrico de su capital. Esto generó debates públicos entre profesionales, familiares, usuarios y distintas organizaciones. Finalmente se dio marcha atrás. Pero los debates y polémicas marcan un claro retroceso en nuestro campo.
Emiliano Galende aclara la historia y la actualidad del electroshock, recorre fundamentos y toma una posición frente a esta cuestión.
La historia de la psiquiatría no es ajena a la implementación de tratamientos crueles impuestos sobre el cuerpo de los enfermos. Durante el Siglo XIX, desde Esquirol hacia adelante, además de la internación compulsiva y el encierro, dominaron los medios mecánicos de contención y disciplinamiento de la conducta de los pacientes internados: chaleco de fuerza, red de contención, celdas acolchadas, submarino a repetición, camilla giratoria, mandíbula de hierro para los que intentan gritar, y varios otros “tratamientos” no menos violentos...
A pocos días del traspaso de poder realizado sin “ceremoniales”, el saliente Gobierno kirchnerista terminó por reafirmar su vocación privatista en el campo de la salud pública y la educación, a pesar de sus constantes diatribas progresistas, “contrahegemónicas” y anticorporativas.
EL MOVIMIENTO NACIONAL EN DEFENSA DE LA LEY NACIONAL de SALUD MENTAL Nº 26657 y su Decreto Reglamentario 603/13, surge ante los diversos actos de avasallamiento a la Ley y que tiene como última expresión, la derogación de la Resolución 1484/15 (nuevo régimen de habilitación de instituciones y servicios de salud mental en el marco de la ley). En este accionar transgresor, es claro el intento de modificar la reglamentación de la ley por parte de las autoridades del Ministerio de Salud de la Nación, en connivencia con sectores corporativos médico-psiquiátricos que no representan a todos los médicos y psiquiatras, y que defienden intereses propios y otros vinculados a la industria farmacéutica.
Todos los que directa o indirectamente nos hemos implicado en el campo de la Psicología, hemos recibido un relato particular acerca de su historia, un panorama general de los capitales teóricos principales y una ilustración de la tendencia de los conocimientos relacionados. Psicólogos incipientes, docentes prestos para ingresar a las aulas, gentes del terreno de la Psicopedagogía, Antropología o desde el deporte hasta la Medicina: numerosos reproducen, con algunos detalles más, otros menos, una oficialidad bien organizada del status quo disciplinar. Si bien podemos pensar con Walter Benjamin o con un Foucault nietzschiano, que la historia la cuentan los que ganan o que en los orígenes solo hay caos y batallas impuras, nos cuesta algunas veces renegar de lindos cuentos, los dejamos pasar o bien los representamos. El dilema se suscita cuando uno percibe que estas narraciones amenazan con el olvido o la confusión. El olvido de hechos trascendentes, que mutila nuestra capacidad de percepción actual o una confusión paralizante, que nos desencanta y desorienta ante problemáticas concretas.
- Che, -me tira Cristina- hay un pibito que no sabés cómo llora... Hay que internarlo y no quiere, le está pegando a la madre... está acá en la salida de las ambulancias.
- Y sí, yo tampoco quisiera internarme- le digo y salgo a enfrentar mi destino.
Nuestro trabajo intenta identificar a partir del testimonio de una historia de vida y los hitos biográficos que la construyeron, los diferentes esquemas de vulneración de derechos (legalizados o no) que atravesaron a esa vida, a esa persona, en su transitar, considerando que todos estos confluyeron al final en su padecimiento mental.
La década del 80 en Latinoamérica es conocida en la literatura especializada como “la década pérdida”, por tratarse de un período marcado por bajo crecimiento económico y diversos problemas estructurales entre los que destaca la elevada inflación.
El gobierno de Raúl Alfonsín, que representaba el sector más progresista de la Unión Cívica Radical, intentó la reconstrucción del estado en base a la expansión del gasto social en un contexto internacional desfavorable para las economías latinoamericanas. La victoria de Ronald Reagan en Estados Unidos y de Margaret Thatcher en Gran Bretaña inauguró un período de fuerte contracción monetaria en los países centrales, enmarcada en lo que se conoce como la “revolución conservadora”.
Poiésis es un colectivo autogestionado y autoconvocado, que trabaja en pos de la defensa de la salud mental comunitaria y en contra de las logicas manicomiales que gobiernan el espacio intra y extra muros. Realiza distintas actividades en la ciudad de La Plata, que tienden a fomentar la defensa de los derechos de las personas con padecimiento mental y la transformación de las prácticas vigentes en salud, para que éstas seas inclusivas, democráticas y horizontales, basadas en los principios de los derechos humanos.
El momento actual exige, en principio, una reflexión. Se respira un aire viciado. No está claro aún, pero las aguas se están agitando, lo podemos sentir. No nos permite mirar para otro costado.
“El ojo de la aguja, la punta de mi lengua, es igual, es igual. En el comienzo fue un big-bang y fue caliente, revolver, revolver...”. Mientras iba entrando a la guardia, el bello Cerati me cantaba una profecía en el auricular. Pero yo no la escuché. Porque sabía que Vizzolini estaba de vacaciones. Sí, la vida era dulce. Hasta que vino Lázaro y su parafimosis.
Entre caníbales...tomate el tiempo para desmenuzarme
Déjenme decirles algo sobre los cirujanos. Son horribles. Es más: se empeñan en serlo y su fama se reinterpreta por gente que lanza máximas del estilo: “Yo defiendo a los cirujanos, porque hay que poder agarrar un bisturí y cortar a una persona. Por eso yo me dediqué a otra rama. Dicen por ahí, que ser cirujano es una sublimación del carnicero”.
EDITORIAL: La cólera neofascista y la trama corposubjetiva en la que se desarrolla el miedo. Enrique Carpintero
DOSSIER: LA POTENCIA DE LA ALEGRÍA EN TIEMPOS DE CÓLERA Cristián Sucksdorf, Tom Máscolo y César Hazaki Además escriben:Ariadna Eckerdt, Juan Duarte, Mabel Bellucci
Trotsky y el psicoanálisis. Helmut Dahmer
ÁREA CORPORAL: Signos de identidad. Tatuajes, piercings y otras marcas corporales. David Le Breton
TOPÍA EN LA CLÍNICA: EL PSICOANÁLISIS A DISTANCIA TRAS LA PANDEMIA. Eduardo Müller, Marina Calvo, Lucía Plans y Agostina García Serrano
Carla Delladonna (compiladora), Rocío Uceda (compiladora), Paulina Bais, María Sol Berti, Susana Di Pato, Marta Fernández Boccardo, Romina Gangemi, Maiara García Dalurzo, Bárbara Mariscotti, Agustín Micheletti, María Laura Peretti, Malena Robledo, Georgina Ruso Sierra